viernes, 3 de octubre de 2014

CAPITULO 22: LO BUENO TERMINÓ

Pero se equivocaba de medio a medio. Durante el día James no la llamó ni le envió sus divertidos o románticos mensajes. Silencio absoluto. Ella lo respetó, porque sabía que estaba muy preocupado y quiso dejarle su espacio, sabiendo que él se lo explicaría todo a las 20 h. Por cierto, no habían concretado dónde. Bien, si a las 19 h. no sabía nada, le esperaría en casa, para poder hablar tranquilamente.

Repasó mentalmente el contenido del frigorífico y pensó que había de todo, para improvisar cualquier cosa, fría o caliente, y también bebida, así que no se preocupó más y siguió con su trabajo. A las 18 h. James le preguntó si podía ir a su casa, para estar más tranquilos. Ella contestó que sí y ya empezó a imaginarse la escena, cuando hubieran terminado de hablar de lo que le preocupaba, cenarían y después…. Ummmm, ya se relamía de deseo y de pasión, tenía ganas de estar con él, de hacerle gozar, de acariciarle, de tocarle, de tenerle, de amarle……


Llegó a casa, tomó una ducha rápida, rememorando la ducha que habían hecho juntos, realmente se estaba poniendo ”calentita” sólo de pensar en ello, pero se portó bien y salió para vestirse y prepararse algo fresquito para beber, mientras le esperaba. Se vistió con un playero muy cortito, estampado con diferentes tonos, azules, verdes, rosas y fucsias. Se puso sus sandalias color turquesa, que eran cómodas y quedaban bien con el vestido, ligero toque rímel y labios y un suave toque de perfume.

A las 20 h. en punto sonó el timbre de la puerta. Era James, alto, elegante, recién afeitado y con su perfume habitual. Vestía jeans y camisa roja, abiertos los 3 primeros botones, por donde podía entreverse su pecho musculoso…..uuuuf! Pero su cara estaba desencajada, sus ojos rojos y con ojeras, realmente su aspecto no era el de siempre, parecía muy, muy preocupado.

Paty se preocupó al verle así. Él la abrazó, tan fuerte que casi le hacía daño, se sintió minúscula en sus brazos. Se besaron largamente, él con una ansiedad rayana en la desesperación. Paty, empezó a temblar .… ¿Qué te ocurre, cariño? ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué sucede, que estás tan preocupado y tan triste?

Ven, cielo – contestó él. Vamos a sentarnos. ¿Tienes algo para beber? ¿Algo un poco fuerte? – le dijo James. Sí, claro. ¿Te apetece naranjada con vodka? –contestó Paty, intentando bromear. Que sea sólo vodka, por favor – contestó James. Ahora mismo – se extrañó ella. Pero me estás asustando, James. Siéntate, tómate la copa y dime qué es lo que pasa de una vez, me tienes en ascuas. No puede ser tan grave…...

Si esto me hubiera sucedido hace un mes – empezó a decir James - no estaría tan triste y preocupado. Es más, incluso quizás estaría alegre. Pero ahora que te he encontrado, que estamos tan unidos, tan compenetrados, que nos hemos enamorado, que lo nuestro parece algo muy muy serio…. la voz de James se había vuelto profunda, un poco ronca, casi como si estuviera a punto de llorar….sus ojos azules, estaban húmedos, rojos, como si hubiera llorado….

¡Dime qué pasa, de una vez, por favor! Dijo Paty. Lo solucionaremos, juntos lo haremos, cielo, explícame lo que te preocupa tanto. El empezó a hablar, su voz era ronca y triste, muy triste. Paty – empezó. Tengo que irme, por un tema de trabajo, he intentado por todos los medios solucionarlo, que fuera otra persona, pero no ha sido posible. En el consejo de administración todos los socios han votado que sea yo quien vaya a Australia. He intentado convencerles, he presentado alternativas, otro candidato, pero nada, no ha sido posible y tengo que ser yo quien vaya……

¿A Australia? – dijo Paty – con los ojos abiertos como platos. ¿Y qué tienes que hacer tú en Australia? – siguió preguntando - y lo más importante ¿por cuánto tiempo? Su cara era un poema, no esperaba que ahora que habían iniciado esta relación tan maravillosa, todo se truncara por un tema de trabajo…….

Soy uno de los dos socios cofundadores de nuestra empresa – dijo James, muy serio. La sede central está en Australia. Al inicio nos trasladamos a vivir allí los dos y fundamos la compañía, yo me estaba divorciando por aquel entonces y la verdad, fue duro pero la distancia me ayudó en aquel momento. Posteriormente, cuando ya todo estaba en marcha, decidimos que uno de nosotros se quedaría allí y el otro vendría a abrir el mercado español. Yo volví a España, necesitaba estar con  mis hijos. Mi otro socio se quedó en Australia, se casó allí, y hasta la fecha todo había ido muy bien.

Pero ahora los socios españoles y los australianos quieren ampliar la sociedad Quieren invertir y ampliar la compañía técnicamente en Australia, viendo que ahora España está ya a tope de la actividad posible. En cambio allí el mercado puede estar en expansión si ofrecemos nuevos productos, con los que yo he estado trabajando en los dos últimos años, junto con mi socio inicial.

La dificultad estriba en que él ahora tiene un grave problema de salud, ha tenido un infarto, y tiene prohibido volver al trabajo, por lo menos en seis meses. Y cuando vuelva, si lo hace, no podrá llevar a cabo nuevos proyectos, solamente podrá seguir dando continuidad a lo que llevaba hasta ahora.

Yo les he dicho que conozco personal técnico cualificado que podría llevar adelante el proyecto, pero de ninguna forma han aceptado y para invertir ponen como condición que sea yo quien vaya a Australia, hasta que todo esté en marcha y mi socio cofundador mejore o se retire definitivamente.


Por ese motivo, tengo que llevarme a alguien para formarle, durante al menos 6 meses y yo quedarme un año, hasta asegurar que todo sigue en marcha para llevar adelante todo el proyecto, que es muy ambicioso y podría garantizar trabajo para muchas familias de allí, incluso para personal técnico de España que podría trasladarse a vivir a Australia.

Es una gran oportunidad profesional y es un orgullo para mi que para ellos yo sea la única opción posible. Lo valoro y lo agradezco sobremanera. Lo cierto es que profesionalmente es un salto cualitativo y de gran prestigio y hace unas semanas hubiera gritado de alegría, puesto que también económicamente me compensarán por todo y podré escoger a mi “segundo de a bordo”. Ya he iniciado contactos con buenos profesionales que podrán darme el soporte técnico que necesito.

Pero Paty, carinyo, en este momento inicial de nuestra relación, me he hundido, no puedo siquiera pensar en marcharme y separarme de ti, algo por dentro se me rompe, estamos iniciando algo tan importante, tan especial…..

Los ojos de Paty se habían llenado de lágrimas. ¿Por qué tenía que pasar esto ahora, precisamente ahora? - Pensó - ¿Por qué en estos momentos? Su relación era intensa, preciosa, maravillosa, sensual, sentía como nunca había sentido, lo que les unía era tan fuerte y tan importante, que eclipsaba todo lo demás. Pero realmente James tenía un dilema, no podía negarse y arriesgarse a tener consecuencias imprevisibles para su futuro profesional. Tenía responsabilidades, tenía que pensar en el futuro de sus hijos….. Tendrían que tomar una decisión.

¿Qué vamos a hacer con nuestra relación? – dijo tristemente James. Los dos se abrazaron, llorando. Sus cuerpos se estremecían, acariciándose casi con desesperación, casi como si ya fuera una despedida definitiva…. Sus besos eran tan tristes, pero tan intensos, que el sentimiento que les unía se hacía más y más fuerte por momentos…..

¿Qué vamos a hacer con nuestra relación? – repitió Paty, secándose las lágrimas y los ojos también húmedos de James. Pensemos, pensemos, cariño, busquemos alguna solución…… No podemos terminar así…. Algo podremos hacer……

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¿Qué pasará con Paty y James? ¿Podrán mantener viva su relación en la distancia? ¿O se darán libertad para vivir cada uno su vida independiente y todo terminará en un “amor loco de verano”? ¿Podrá Paty visitarle de vez en cuando y mantener viva su relación hasta que vuelva James? ¿Seguirán con su relación de forma virtual, manteniendo su erotismo? ¿Se trasladará Paty a vivir a Australia?


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martes, 30 de septiembre de 2014

CAPITULO 21: NO TODO ES ALEGRIA

Les despertó el móvil de Paty: eran las 9 h de la mañana, su madre la llamaba preocupada porque la había llamado ayer por la noche para invitarla hoy a ir al teatro, ya que le habían regalado unas invitaciones y quería compartirlas con ella, pero no le había contestado. Y que la había llamado al trabajo esta mañana y le habían dicho que no estaba y entonces sí se había preocupado.

Gracias, mami, perdona – le dijo mientras se levantaba de un salto – ayer cené en casa de una amiga, nos quedamos charlando hasta tarde y me he quedado con ella a dormir porque no quería conducir. Por lo visto no hemos puesto bien el despertador porque no ha sonado. Te llamo luego, iremos al teatro, me hace muchísima ilusión, pero ahora voy corriendo a avisar al trabajo que llego más tarde y voy para allá de inmediato, sabes que soy muy puntual y estarán preocupados. Besos, mamá, hasta luego y gracias, me has salvado la vida. No corras ahora – dijo su madre – avísales y ya llegarás cuando puedas.

James ya salía de la ducha, se había levantado de la cama de un salto, sobresaltado. Estaba allí de pie, con la toalla envuelta en su cintura, tendiéndole un albornoz enorme para que pudiera ducharse también ella. Paty le dio un ligero beso en los labios y se fue hacia la ducha, no sin llamar primero a la oficina avisando que llegaba tarde por una avería en el coche, que ya estaba solucionada y estaría allí en cuanto pudiera.

Cuando salió James ya estaba vestido y el café olía por toda la casa. Paty se vistió deprisa. James también estaba hablando por teléfono avisando al trabajo que llegaría un poco más tarde, que le había surgido un imprevisto. Tenía el ceño fruncido, parecía contrariado, casi enfadado. Estaba escuchando muy atentamente. ¿Es necesario que sea hoy? – dijo - ¿es imprescindible?. Está bien, quedamos a les 11h. y hablamos de todo esto con tranquilidad.

Parecía realmente preocupado y molesto. Paty había salido del baño vistiéndose rápidamente y se estaba ya calzando sus sandalias cuando se percató del tono de voz tan distinto de James. Nunca le había oído hablar tan seriamente. ¿Todo bien, cielo? – se oyó decir, sorprendiéndose a sí misma - ¿sucede algo, algún problema en el trabajo? No, no, pequeña, no te preocupes, sólo es trabajo – contestó, intentando aparentar despreocupación.

Tomaron rápidamente el delicioso y cargado café que había preparado James, como siempre sin azúcar, para despejarse mejor. Se besaron largamente, acariciándose y abrazándose por un instante, sintiendo que sus cuerpos se buscaban y se deseaban de nuevo. ¡Pero no tenían tiempo, ya llegaban tarde! A ninguno de los dos les gustaba mentir ni poner excusas con el trabajo. En ese sentido, los dos eran muy responsables, pero hoy realmente se habían dormido exhaustos de tanto placer y sensualidad. El haberse explicado sus sentimientos les había llevado a valorar mucho más lo que les unía.

¡Vamos, llegamos tarde, yo soy una persona muy puntual – dijo Paty. Y yo – contestó James. ¡Vamos!. Él la llevó en su coche hasta el aparcamiento donde tenía Paty el suyo y se despidieron, quedando en llamarse más tarde. El día fue pasando. Paty estaba muy ocupada, pero de vez en cuando miraba su móvil. James siempre le mandaba alguna frase cariñosa o atrevida o divertida por WhatsApp, pero hoy nada de nada, eran ya casi la una del mediodía y nada, era un poco extraño, pero no quiso preocuparse, seguramente estaría muy ocupado. Siguió con su trabajo y a la hora de comer tampoco tenía noticias de James.

Llamó a su madre para confirmar la hora para quedar esa noche. Su madre, que la conocía muy bien, le preguntó enseguida si estaba bien. Que la había notado nerviosa y que le parecía que le había dicho lo primero que se le había pasado por la cabeza, que le había parecido que era un excusa y que ella pensaba que estaba con el hombre del que le había hablado. ¡Dios mío, mamá, esto es increíble! – dijo Paty – con sus verdes ojos abiertos como platos. No puedo creer que puedas leer en mí con tanta facilidad – se lamentó.

Ya veo que he dado en el clavo, chica – dijo su madre ¿No sabes que el diablo sabe más por viejo que por diablo? De acuerdo, señora, me has “pillado”  - dijo Paty, realmente compungida, no le gustaba mentir a su madre, no tenía ninguna necesidad de ello. Perdona – continuó -  después te cuento ¿ok?. No hace falta, cariño – dijo su madre, comprensiva. Ya vi cómo te brillaban los ojos cuando hablabas de él la otra noche y creo que os habéis vuelto a ver más veces, si no me equivoco.

No te equivocas, eres una “brujita” mamá – dijo Paty. Si,  pero buena, ja ja – respondió su madre. Y recuerda que te he llevado 9 meses dentro de mí, y que esto une mucho…. Pues sí, cierto – asintió Paty - a mi me pasa igual con los gemelos. Siempre sé cuando me mienten, ja ja….Pues ahora ya me entiendes, pequeñaja dijo su madre - aunque yo pensaba que contigo ya había superado esta faceta. No pensaba que volverías a comportarte como una adolescente enamorada.

¡Basta, mamá – dijo Paty – me estás sonrojando! Si, casi puedo verte, nena – dijo su madre - roja como un pimiento, ja ja ….. Te dejo “bruja adivina” – dijo Paty – riendo disimuladamente, verdaderamente roja como un tomate. Nos vemos después, ponte muy guapa, pero no más que yo, no me hagas la competencia, ja ja.

Fue a comer algo ligero, una ensalada Caprese deliciosa y siguió con su trabajo, A las 6 de la tarde volvió a mirar el móvil y nada. Bueno, yo me voy a casa. Si cuando llegue no me ha dicho nada, le llamaré yo. No soy de las que esperan sentadas al lado del teléfono esperando a su galán.

Llegó a casa, se quitó los zapatos, dejó el bolso en la mesa, tomó un zumo bien fresquito de la nevera y se sentó cómodamente en el sofá, dispuesta a llamarle y bromear un poco con James, y también a coquetear con él e incluso a “calentarle” un poco los oídos, ya que esta noche no podrían verse porque ella había quedado con su madre para ir al teatro.  Bebió el zumo de manzana, estaba fresquito y delicioso. Cogió el teléfono y le llamó.

El teléfono sonó y sonó y nadie respondió a su llamada. ¡Qué extraño! - pensó. James normalmente siempre llevaba el móvil disponible, incluso si estaba conduciendo, lo cual era muy probable a esa hora. Tenía el “manos libres”, por lo que podía responder sin problemas. ¡Pues bueno, ya llamará cuando pueda! - pensó. Empezó a cambiarse para salir con su madre, ja ja, eran muy competitivas, las dos tenían gustos similares y muchas veces, sin haberlo comentado primero, coincidían en estilos y colores.

Le apetecía mucho ir al teatro con su madre, pero estaba un poco intranquila por el silencio de James, sobre todo por el tono de su voz cuando hablaba con alguien del trabajo. Después se dijo a sí misma que era una exagerada, que él sabía perfectamente que ella había quedado para ir al teatro con su madre y que por eso no se verían, por lo que la dejaba tranquila que hiciera sus cosas……

Pero pensándolo bien, por otra parte, con más motivo si sabía que no se verían, él seguramente le habría enviado algún mensaje para estar en contacto por lo menos, especialmente después de todo lo que se habían explicado el día anterior y después de haberse declarado mutuamente su amor…

Aunque ¿y si era esto precisamente lo que le pasaba? ¿Y si se arrepentía de lo que le había dicho? ¿Y si no había querido llegar tan lejos declarándole su amor y ahora no sabía cómo volver atrás? Estaba empezando a dudar ¿nos habremos precipitado, se habrá asustado y ahora no sabe cómo rectificar?

Se estaba poniendo muy nerviosa. Estaba ensimismada en sus pensamientos y de pronto el sonido del timbre de la puerta de su casa sonó, dándole un susto que la hizo saltar de golpe del sofá. Sería su madre, que venía a recogerla para ir al teatro, y todavía no había acabado de vestirse. Oh ¿qué me pasa? Parezco una chiquilla asustada – se dijo, corriendo a abrir la puerta.

Menos mal que antes de sentarse en el sofá ya había preparado la ropa que había escogido encima de la cama. Se la puso rápidamente mientras su madre subía en el ascensor, que por suerte era muuuuuy lento y para cuando su madre llegó sólo le faltaba maquillarse los labios y perfumarse ligeramente y… ¡lista!

¡Qué guapa estás mamá, me das envidia! – le dijo. Tu también estás guapísima, de tal palo – dijo – tal astilla – terminó Paty. Rieron las dos y se abrazaron. Paty cogió su bolso y se fueron muy contentas, caminando, porque el teatro estaba cerca. Tomarían un sándwich antes de entrar, después sería demasiado tarde para ir a cenar. ¿Todo bien, peque? ¿Los gemelos también? – Preguntó -  Si, mamá, todo perfecto.

Muy bien, vamos a tomar algo rápido, no tenemos mucho tiempo y la obra se lo merece. Pidieron y estaban charlando animadamente, pero la mente de Paty, sin querer, volvía a sus dudas y de vez en cuando miraba de reojo su teléfono. Su madre la miró a los ojos y le dijo: ¿cariño, quieres que hablemos? Sé que te pasa algo, noto que no estás bien, pero si no me lo explicas no podré ayudarte. El teatro no es importante, lo importante es que tú estés bien.

En ese momento el WhatsApp de Paty emitió un sonido y ella saltó de la silla. Perdóname un momento, mamá. Voy al baño, vuelvo enseguida ¿ok? Cogió el teléfono y salió disparada hacia el baño. Era James. Le decía muy cariñosamente que había sido un día agotador, con muchos problemas en el trabajo, pero que la amaba y la deseaba y que había estado en su pensamiento todo el día. Que quería agradecerle la velada tan intensa que habían pasado juntos y que no quería molestarla, porque ya sabía que iba al teatro con su madre, pero que necesitaba hablar con ella lo antes posible. ¿Podía ser al día siguiente?

Ella le respondió que ella también estaba deseando verle y que podían quedar mañana después del trabajo. Se enviaron besos y cortaron. Ella llegaba tarde y su madre la esperaba con cara de preocupación. Pero Paty volvía a estar radiante, sus ojos brillaban de nuevo, cogió a su madre de la mano y la hizo girar a su alrededor y le dijo que era muy feliz. Que tenían que salir ya si no querían llegar tarde al musical.

Pagaron y salieron corriendo como dos buenas amigas. Llegaron justo a tiempo, apagaban las luces en aquel momento. Cerró el móvil y se dispuso a disfrutar del espectáculo. Lo pasaron en grande, los pies de ambas se movían por debajo del asiento, al compás de la música. Volvieron a casa paseando tranquilamente, charlando animadas y comentando lo bien que lo habían pasado.

Acordaron que  quedarían otro día, más tranquilas, para hablar “largo y tendido” de la reciente relación de Paty con ese hombre, James, que le hacía volver a brillar los ojos de alegría y de ilusión, con ese brillo que su madre conocía tan bien, y que la hacía sonrojarse de nuevo como una adolescente….

Se despidieron cariñosamente, con un abrazo y un beso, cada una dirigiéndose a su casa porque ya era tarde y Paty tenía que ir a trabajar al día siguiente. Paty llegó en 5 minutos a su casa, era ya medianoche, pero estaba completamente desvelada. Cogió su móvil y vio que tenía un mensaje de whats. Era de James: Hola Paty, ¿qué tal el teatro, lo has pasado bien? Perdona si te molesto tan tarde, pero necesito hablar contigo lo antes posible. Es importante. ¿Puedes mañana a las 20 h? El mensaje era de hacía 5 minutos, así que todavía no estaría dormido. Decidida le llamó y él cogió el teléfono enseguida. Hola, mi amor – contestó James, de inmediato. Perdona mi insistencia ¿puedes mañana a las 20 h? Si, si – contestó ella, sorprendida por el tono de voz de James - no hay problema, pero ¿sucede algo? Pareces preocupado, ya me lo  ha parecido esta tarde cuando hablabas por teléfono…….

Si, cariño, estoy preocupado. Es un tema de trabajo, pero es importante y quiero comentártelo personalmente. Ahora estoy todavía intentando solucionar algunas cosas en el ordenador, tengo para un buen rato todavía, te quiero, nos vemos mañana entonces y te cuento todo. Estoy intentando solucionarlo, proponiendo alternativas. Mañana sabré la decisión final y así podré contarte todo con “pelos y señales” ¿ok? Tú no te preocupes, es un tema de trabajo. Besos, amor, que descanses.

Paty se quedó bastante sorprendida, por el tono tan escueto, tan serio y tan preocupado, pero respetó que James estaba todavía ocupado y se quedó bastante intrigada de que tuviera que hablar con ella de algo relacionado con su trabajo. Realmente habían hablado poco de sus respectivas ocupaciones, no habían tenido demasiado tiempo, ja ja


¡Bien, Paty, a descansar! – se dijo a sí misma. Estos días con tantas emociones hemos dormido poco – pensó - ayer nos dormimos y llegamos tarde al trabajo y esto no puede ser, además, voy a tener unas ojeras que no las voy a tapar ni con el mejor corrector del mundo. Así que se desmaquilló y en un santiamén se metió en la cama, pensando que la preocupación de James no era por su relación con ella, que acababa de decirle que la quería, y eso la había tranquilizado. Pensó que nada del trabajo de James podía afectar a su relación y que todo tenía solución en esta vida…..