viernes, 30 de mayo de 2014

CAPITULO 2: QUIEN ES EL?

Acababa de aparcar su coche y se dirigían a la discoteca, sus amigas le dijeron que estaba muy pensativa y ella les contestó riendo que era la que conducía y que intentaba concentrarse, porque era “una persona formal”. Soltaron todas unas carcajadas y entraron muy alegres en la discoteca y con muchas ganas de divertirse.

Paty dirigió disimuladamente una mirada a la pista, había alguien que …… pero no…..  él no estaba esa noche, en fin, se dispuso a bailar con sus amigas y a pasarlo muuuuuuuuy bien con ellas. Estuvieron bailando más de una hora y ellas dijeron que ya estaban cansadas, que no podían más con los tacones y que querían irse a casa. Ella les dijo que tenía ganas de bailar todavía y le contestaron que muy bien, que se quedara, que no podían seguir su ritmo y que no se preocupara, que tomarían un taxi.

Ella bailaba sola, sus amigas se habían ido ya y ahora estaba seria, sumida en sus pensamientos, sin mirar a nadie en particular, pero bailando a gusto. Llevaba un vestido negro, (cuando salía de noche casi siempre vestía de negro, le sentaba bien y era muy elegante y fácil de combinar con los complementos), con un escote discreto que hacía entrever sus senos todavía firmes, ni grandes ni pequeños, proporcionados para su estatura y complexión, 1,65 m.

No estaba delgada, pero no le sobraban kilos (los había perdido a raíz del segundo divorcio, no hay mal que por bien no venga, ja ja). El vestido ceñido, marcando su silueta y sus curvas sensuales pero no provocativas, era cortito, minifalda, dejando ver sus piernas fuertes y muy bronceadas, zapatos de tacón medio, negros también.

Según le decían, su mayor atractivo era su piel morena y brillante, siempre bien hidratada. Era mulata, su madre también lo era, ambas muy claras, color ébano. Sus ojos eran verdes, de mirada muy intensa y el pelo castaño, muy rizado, exótico, lo llevaba a lo afro, y realmente la gente le decía que estaba espectacular, que el contraste era realmente original y que no podía pasar desapercibida. Sobretodo sus amigas le decían bromeando que les daba mucha envidia, ja ja, que todos la miraban a ella.

Sonrió para sí misma, recordando los comentarios de sus amigas, pensando que ellas eran muy atractivas y más jóvenes que ella y de pronto, al levantar la vista LE VIÓ, HABÍA LLEGADO, ESTABA ALLÍ…, como siempre rodeado de “admiradoras”. ¿Le hablaría hoy, le dirigiría por fin la palabra?

Paty estaba bailando en la disco, disfrutando cada momento de la música. Se sentía observada, varios hombres la miraban, pero a ella no le importaba, bueno, es decir, normalmente no le importaba……Pero las últimas cuatro o cinco veces que había ido a aquella disco, había visto a ESE HOMBRE que le resultó especialmente atractivo, cosa extraña en ella, porque no se fijaba en los hombres en este momento de su vida, después de dos divorcios y con lo que le  había pasada últimamente, no buscaba ni quería nada, sólo divertirse y disfrutar de la música.

Pero se fijó en él por dos motivos: uno su físico, alto y atlético, con una buena mata de pelo con algunas canas (hay que aclarar que a ella no le gustan los hombres calvos) y el motivo principal, que él bailaba toda la noche, no le veía salir para fumar, no le veía como loco por ligar (eso que muchas chicas le incitaban bailando  cerca de él de forma provocativa), pero él bromeaba con todas y seguía bailando solo … tampoco le veía beber más que una copa en toda la noche y eso a Paty le gustaba (no soportaba a los tíos que para animarse beben una copa tras otra).

Se dio cuenta que él también la miraba, con disimulo, y se sonrieron, POR FIN EL SE ACERCÓ  UN MOMENTO A ELLA Y LE DIRIGIÓ LA PALABRA, hablaron un momento comentando que a aquellas horas sólo quedaban los bailongos de verdad y los que ya estaban un poco pasados de bebida. Se sonrieron y siguieron bailando. Ella podía bailar tres horas seguidas hasta altas horas de la noche y al día siguiente levantarse a las 7 de la mañana tan campante, para ir a trabajar, sin ningún problema. Gozaba de verdad con la música, bailaba con todos sus sentidos, disfrutando del ritmo, bailaba de forma muy sensual, lo vio por las miradas que de pronto notó que la envolvían….

En un momento dado en la discoteca ya no había tantas chicas y mujeres, quedaban más hombres de distintas edades y de repente se vio rodeada por cinco de ellos que giraban a su alrededor, bromeando, y uno de ellos la sacó a bailar cogiéndola de la cintura y haciéndola girar. Al principio ella siguió bailando porque le gusta mucho bailar, pero en la siguiente canción la mano de él bajó hacia sus caderas y ella inmediatamente le cogió la mano volviendo a colocarla en su cintura, para no dejarle plantado en medio de la pista, y cuando finalizó la canción le dijo que quería seguir bailando sola, con una mirada glacial que le dejó en el sitio…….

En aquel mismo instante, notó que el hombre atractivo con el que había hablado hacía unos instantes, volvía a estar a su lado y se ponía a bailar con ella, le daba dos besos en la mejilla para saludarla, y le dijo al oído disimuladamente que se quedaba a bailar a su lado, para que no la molestaran. Le comentó que no eran malos chicos, pero que había uno de ellos que estaba muy bebido y que le había visto algunas veces propasarse y montar jaleo.

Por eso prefería quedarse a su lado si a ella no me importaba. Se presentaron, POR FIN: él se llamaba James. Ella se extrañó y le preguntó por su nombre, James, y él le contestó que era por su abuelo, que era irlandés y había venido a vivir a Galicia porque se había enamorado de una gallega, su abuela, que era encantadora.

Paty estaba como en éxtasis, le tenía a su lado, como un héroe protegiéndola del peligro, era alto, mucho más alto que ella, dieron un par de vueltas por la pista para que “los moscones” vieran que estaban juntos.
Ella se sentía como una muñeca en sus brazos, pequeña, diminuta …. Él bailaba muy bien, con muy buen ritmo y de forma espontánea, pero sensual. Se notaba que disfrutaba bailando, como ella.

Bromearon, y él le dijo que no se preocupara, que bailarían “a un palmo de distancia”, ja ja! Estuvieron así mucho rato, hasta que de repente el ritmo de la música cambió y sonaron las lentas. Si, en esa discoteca todavía ponían canciones románicas, con las que poder bailar abrazados, pegados…… los dos se miraron y, sonriendo, sin mediar palabra, se pusieron a bailar lentamente, como si lo hubieran estado esperando…..deseando……


2 comentarios:

  1. De momento me gusta, no es una historia solo de sexo, hay algo más, en el aire hay misterio, sensualidad y atracción. Ese primer baile juntos...por cierto, hoy en día es difícil encontrar una disco donde aun pongan lentos, je jey está muy bien.l

    Los que ya tenemos más de 40 y nos hemos enamorado en los guateques, lo recordamos con deleite, o no?? tiene morbillo. Veremos como sigue, ya estoy impaciente

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  2. Despacito y buena letra, a ver que pasa.....

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